
La semana pasada Carlos Loret hizo pública una investigación en la que consta que el hijo de López Obrador, José Ramón, vivía en una casa en Houston que cuesta 1 millón de dólares -y que tiene una alberca climatizada de 25 metros de largo-, maneja una camioneta de 2 millones de pesos y… si bien la casa está a nombre de su esposa, el dueño original -que se las rentó primero y se las vendió después- es un alto ejecutivo de un proveedor de PEMEX que tiene contratos por más de 150 millones de dólares. Y si bien él puede hacer lo que quiera de su vida y más si lo pagan con fondos privados, también preocupa que está demasiado cerca de la Casa Blanca de La Gaviota, que se supone se pagó con ahorros de la ex primera dama pero se compró a un proveedor del gobierno de su marido… Entonces, el tema de congruencia se le complicó mucho a MORENA y a AMLO, que ya no podrá decir que «no somos iguales» sin que la gente piense que son peores: son incongruentes al menos, si no es que corruptos e impunes como el que más. Chavo del Toro en El Economista.