
Vaya cosa… Una de las primeras vacunas que estuvo lista fue la de Moderna; pero como costaba U$35 dólares la dosis, el gobierno de López Obrador se negó a permitir su uso en territorio nacional, negándole la autorización de COFEPRIS. Pero como Joe Biden donó 5 millones de esas vacunas, en menos de dos días COFEPRIS le liberó el trámite express. Y lo festejaron los floreros, los maromeros, los espejitos, las focas aplaudidoras y los bots. Aún así, se sigue negando la necesidad de que se vacune a los niños, porque «no hay evidencia científica de que las vacunas le sirvan a ellos» y porque «estadísticamente no es necesario» dice el títere Gato-Ell. En fin, esperemos a ver si la tercera ola es tan grave como se espera o más, y si son los niños los que más padecen. O mejor aún: qie EE.UU. nos regale dosis para los niños, en cuyo caso ya no habrá problema. Alarcón en El Heraldo.