
Vaya cosa… En la inauguración de la «réplica del Templo Mayor» este fin de semana en el Zócalo, la plaza mayor se abarrotó de personas que no tenían la sana distancia que el propio gobierno exige a las plazas comerciales -por ejemplo- para evitar aglomeraciones y contagios. La propia Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, reconoció que eso fue un error y que les faltó prevención de la afluencia esperada… No importa: buena parte de los asistentes se habrán contagiado de COVID y morirán pronto, completando así el sacrificio a los dioses que realizó el tlatoani güey… Perdón, que pidió el Huey Tlatoani para satisfacer su ego y el de su esposa, que cree que con esas acciones «simbólicas» cambian la historia. Absurdos, pero así son. Jabaz en Milenio.