
Lo dicho: acabadas las campañas, se acabó el interés por dialogar y entender al otro. O al menos, así parece. Morena tuvo un gran resultado al llevarse 11 de 15 gubernaturas. No tan bueno al perder la mayoría absoluta por si solo, y la mayoría calificada con sus aliados en la Cámara de Diputados. Hoy puede cambiar leyes por sí solo, y cambiar la Constitución con sus aliados. Después, requerirá a sus aliados para poder mover leyes. Será diferente. Y su peor resultado es perder la mitad de las alcaldías en la CDMX… lo que daña el proyecto político de Claudia Sheinbaum. Por lo demás… Digamos que les fue bien, un poco menos bien de lo esperado. Pero las burlas y descalificaciones -empezando la comparación de la CDMX con el Berlín de la postguerra- ayudará a aumentar tensiones, no a reducirlas. Fisgón en La Jornada.