Tras los hechos de Torreón, en que un niño entró a su escuela con dos armas, mató a su maestra, hirió a muchos compañeros y terminó suicidándose, volvió a discutirse la adopción del programa «mochila segura». En él, se revisaban las pertenencias de los educandos al azar en busca de armas, drogas y pornografía. Y fue suspendido cuándo Derechos Humanos consideró que «es violatorio de los derechos humanos de los menores», al considerarlos culpables y sospechosos y al revisar sus pertenencias «sin orden de un juez». Y aunque se volvió a discutir la alternativa, ahora con la variante que sean padres y madres de familia quienes hagan las revisiones -y no la autoridad escolar- y que éstas sean «voluntarias», pero negando el acceso a los menores que no se dejen revisar «voluntariamente», el tema se volvió a calentar. Lo relevante sería que tuviéramos un país seguro, no solo algunas «mochilas seguras». Pero allí parece que no se va a avanzar en el tema. Veremos. Magú en La Jornada.

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