Que, al final, si le aceptaron la renuncia al embajador Ricardo Valero, quien fue captado robando un libro en una afamada librería de Buenos Aires. Según reportó Relaciones Exteriores, en 2012 fue sometido a una cirugía cerebral, y uno de los efectos colaterales de la misma, con el paso del tiempo, es el desarrollo de conductas inapropiadas. Como la cleptomanía. Conducta que, por cierto, volvió a mostrar poco antes del vuelo a México: se robó unas camisetas de un equipo de fútbol en el aeropuerto… Quedan dos dudas: 1.- Si ya sabían que estaba así de mal, ¿por qué lo nombraron embajador? Si no sabían ¿Cómo seleccionan a su personal? y 2.- ¿Lo corrieron por su cleptomanía desarrollada como efecto de un tumor, o por las quemaduras en redes sociales? A saber… Nerilicón en El Economista.