Es que, para no variar: 13 muertos y más de 90 heridos en el accidente del tren transístimico, causado por corrupción en la construcción, falla en los equipos usados que compraron e ineptitud del maquinista, que iba a exceso de velocidad. Pero ¿quién es la víctima? Pues según ellos mismos, la mayor víctima es el gobierno, a quien los periodistas quieren responsabilizar, y “Bobby”, Gonzalo López Beltrán, a quien su padre nombró “supervisor honorario” de la obra y a quien quieren deslindar de toda responsabilidad, porque “no tenía un cargo público” y porque “son ataques de la derecha”. No, pues, guau, dijo el perro. Por eso nos sumamos a lo que dice Alarcón en El Heraldo: solidaridad con las verdaderas víctimas.