
El sábado estalló una camioneta cargada con plátano en Coahuayana, Michoacán, muy cerca del cuartel de las policías comunitarias. El acto dejó seis muertos, —incluyendo dos a bordo del autobomba—, casi 20 heridos y varios vehículos dañados. Al estallar en una plaza pública, por los daños causados y habiendo lesionado a decenas de personas, la nueva Fiscal General de la República dijo que se abriría de inmediato una carpeta sobre terrorismo. Pero el lunes le hicieron corregir: fue un acto de delincuencia organizada. Declaró García Harfuch: “En este caso, son actos criminales para ampliar sus actividades criminales, ya sea en territorio, trasiego de droga, extorsión… Es delincuencia organizada”. Y es que decir que aquí hay terrorismo sería darle la razón a Donald Trump y tendría argumentos para hacer operativos en México. Y lo que ya quedó claro es que la “nueva” FGR está más al servicio de la presidencia que la anterior. Perujo en El Economista.
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