
Seguramente lo notaron: en la marcha del tigre, este domingo, no apareció el bloque negro. No se rompió ni un vidrio, no hubo cohetones, no se mandó a los granaderos… Pero muchos de los presentes en los grupos de choque estuvieron allí. Con chalecos morados, sus jeans y camisas a cuadros y como buenos integrantes del partido en el poder. Pero se extraña que sus causas sean más agresivas y visibles cuando le tocan a las marchas de derecha. Alarcón en El Heraldo.