Pues listo: la queja de la diputada del PT, Diana Karina Barreras, contra la tuitera Karla Estrella, que orilló a que esta última fuera obligada por la autoridad judicial a pedirle 30 días de disculpas públicas (pero sin usar su nombre, sino poniendo “Dato Protegido”, para “no revictimizarla”) llega hoy a su fin. Lo que seguirá un buen rato es la presión social sobre ella y su esposo, Sergio Gutiérrez Luna, quienes probaron a lo largo del mes que su manejo de crisis es pésimo: Que no pagaron $300,000 por ir a la Fórmula 1, sino que les regalaron los boletos —-lo que es un delito-—. Que no compró un sombrero de $33,000 en una boutique exclusiva, sino que es la versión pirata que ofrecen en un tianguis. Que el reloj coleccionable no es el de medio millón de pesos, “pues acaba de salir”, aunque le encuentran que la misma línea ya existía, pero costaba cien mil pesos menos. Total, que para alegar que no es ladrón, confesó que comete otro tipo de actos ilegales, incluyendo recibir regalos y comprar piratería. Hernández en La Jornada.