
Ya dijo la presidenta que “no cubrimos a nadie”. Pero qué del tema de Bermúdez con Adán Augusto no dirá nada “hasta que no haya pruebas”. A pesar de que la reciente acusación vino del ejército. A pesar de que hay testimonios de inteligencia de que es de los malos desde 1999. A pesar de que en al menos dos veces no se le dejó participar en las mesas de trabajo previas a las visitas presidenciales porque se sospechaba de él… Y, pese a todas esas evidencias, “no cubriremos a nadie”. Y para los morenistas no es creíble que Calderón no supiera de los malos pasos de García Luna, pero sí es totalmente creíble que López (Adán Augusto o Andrés Manuel) no supieran nada de Barrera. Porque él los engañó; pero el otro era un verdadero cómplice. Doble moral, en efecto. Horax en Milenio.