
Que sigue “mal y de malas” el aeropuerto Felipe Ángeles. Desde que obligaron a las líneas de carga a irse para allá, en Estados Unidos muchas empresas pusieron sus quejas: que la aduana no estaba lista y operaba con corrupción, que la conectividad es mala, que es incómodo de operar… Y, casi dos años después, EE. UU. respondió aplicando sanciones a aerolíneas mexicanas, acusando que hemos violado acuerdos internacionales de cielos abiertos al forzarlos a operar mal y de malas. Y ahora nos quejamos de que “es una violación a nuestra soberanía”. Pero no hay tal. O nos adecuamos rápido, o vamos a arruinar otra industria nacional, nomás por pretender que una mala idea era genial. Alarcón en El Heraldo.