No, pues con razón dicen que “con dinero baila el perro”. El Tribunal Electoral deshechó una queja presentada contra los acordeones que se usaron masivamente en la elección judicial. ¿Su argumento? Que la queja se presentó un día antes de la elección, por lo que no se podía medir el impacto real que tendría en la jornada electoral, y que “no se incluyeron pruebas de que los hubiera pagado y entregado, ya sea por Morena o por funcionarios públicos”. Como si una ONG le pudiera pedir al SAT o a los bancos estados de cuenta y facturas para ver quién los pagó. Ya el INE había considerado por mayoría que los acordeones eran ilegales, pero que “no bastaban para anular la elección”… también por mayoría. Porque una consejera votó por considerarlos ilegales, y votó por decir que no alteraron el resultado. Ya se sabe lo que pasa. Y si validaron ese bodrio de elección, podemos anticiparnos hacia dónde irán en el futuro. Perujo en El Economista.