
Y soltó la bomba el gobierno de Estados Unidos: está investigando a los bancos Intercam, CIBanco y a la casa de bolsa Vector por “lavado de dinero” y apoyo al terrorismo, ya que se han usado para pagar insumos de fentanilo a empresas chinas —-o eso se supone-—. ¿Lo grave? Que el dueño de Vector era asesor del presidente López Obrador, y el secretario de Hacienda trabajaba allí en los años en que se supone que se vincularon “con los malosos”. Así que ya salió la presidenta a decir que “no hay pruebas” y que es “un exceso de EE. UU.”. Mientras tanto, la autoridad ya intervino a los tres intermediarios financieros, no vaya a ser que sea cierto y escondan cosas que acaben comprometiendo niveles más arriba. Y la UIF, que bien que acosa a periodistas, salió a defender el honor de los tres acusados. Total, que el problema es que, si se prueba que es cierto, al defenderlas como lo hicieron, se pone al centro la opción de que sí tenemos un narco gobierno que defiende más a los delincuentes que a los ciudadanos. Pero, obviamente, faltan pruebas en cualquier sentido.
Horax en Milenio.
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