
El gobernador de California tiene muy clara la importancia del trabajo migrante que hace del estado más poblado de EE. UU. uno de los más ricos de ese país. Y tiene claro cuántos de sus votantes tienen parientes ilegales. Por lo mismo, no se dará el tiro en el pie de agredirlos. Ha declarado a California un “estado santuario”, es decir, que mientras no cometan delitos, no va a corretear a los migrantes ilegales. Pero Donald Trump tiene otros datos: mandó al ICE a hacer redadas en las calles, y ante las protestas sociales, usará ilegalmente a la Guardia Nacional y a los Marines para “controlar las revueltas”. Lo curioso es que las protestas están muy acotadas en el espacio; tienen pocos participantes y todos en torno al edificio de detención de ilegales. No es una amenaza para el Estado, pues. Pero, curiosamente, la toma de una foto de un “insurgente” con la bandera de México en una moto mientras quema un auto, la tomó uno de los fotógrafos de la campaña de Trump mientras “casualmente” pasaba por allí en el momento adecuado. ¿Manipulación del líder de MAGA? Muy posiblemente. Asi que “las revueltas de California” deben tomarse con reserva. Horax en Milenio.