
Pues le salió peor a Gerardo Fernández Noroña exigirle una disculpa pública al abogado Carlos Vázquez, quien le increpó, manoteó y le tiró el celular en septiembre pasado en el Salón Centurión del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Porque el consenso social fue de rechazo a la agresión, pero más rechazo al abuso de autoridad, que implicó que la disculpa fuera en el Senado —y no en un tribunal o en un espacio privado— y que se transmitiera en redes sociales del poder que preside el ahora morenista. El abuso intolerable le pasó factura social al poderoso. Alarcón en El Heraldo.