
Ya dijo el titular de la Fontanería General de la República… Perdón, Fiscalía, que en Teuchitlán “no había un campo de exterminio”. Era de entrenamiento y tortura, pero no se mataron a cientos de personas allí. “No encontramos huesos”. Curioso, porque en los crematorios suele haber cenizas, no huesos; y antes de empezar la investigación pusieron piso de cemento en todos los lugares en que encontraron fragmentos de hueso. Total, el nuevo Pinocho logró lo que quería: eliminar la palabra “campo de exterminio” de los reportes oficiales. Ya con eso está en paz. Perujo en El Economista.