Mexicana de Aviación, la línea aérea nacional que rescató la administración de López Obrador, cumplió un año recientemente. Y lo “festejó” ayer cancelando 8 de sus rutas. En parte, porque terminó su contrato con TAR, la aerolínea que le rentaba aviones y tripulación. En parte, porque perdió más de 1,200 millones de pesos. Y, en parte, porque era mala idea desde el principio. Hace sentido salir del negocio: tuvo vuelos a Acapulco con un pasajero, y aviones a Uruapan que iban vacíos. En algunas rutas, sus boletos salían más caros que con la competencia. En otras, el tráfico era tan bajo que no justificaba una ruta aérea. Y es que, si bien el AIFA es funcional y rápido, está lejos y en zonas en que se pueden hacer dos horas de camino. Con una más, ya llegaste a Uruapan. En fin. Magú en La Jornada sugiere una solución al tema.