
Morena es un movimiento tan pero tan democrático, que cualquier militante puede inscribirse en las tómbolas y, con un poco de suerte, obtener alguna candidatura (predominantemente en distritos que se pueden perder). Pero si tienes un nombre “de abolengo” en la izquierda o en la cercanía de AMLO, puedes pasar de chofer de la ayudantía a dirigir órganos especializados; tener una hermana en un cargo partidista y ganar tu cargo por votación “obligada” de los legisladores del paritdo, o llegar a Ministra de la Suprema Corte sin más méritos que un apellido o un esposo cercano a Ya-Saben-Quién. Para los militantes de a pie, suerte y chance; para los que tienen un buen árbol genealógico, obtener un puesto es un juego de niños, nos sugiere Alarcón en El Heraldo este día.