
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que el primer día de su mandato proclamará a los grupos de narcotraficantes como organizaciones terroristas. Esto permitiría congelar sus fondos, frenar las visas para entrar a Estados Unidos a los sospechosos de apoyarlos, y perseguirlos con todo el rigor de la ley con más facilidad. Pero en la mañanera siguiente a la presentación de la idea, la presidenta Sheinbaum declaró que la oposición está mal al apoyar el intervencionismo militar de Estados Unidos en nuestro territorio. Y que su gobierno va a colaborar con el de Estados Unidos, “pero nunca nos vamos a subordinar, somos un país soberano”. Suena muy extraña esa defensa de la soberanía nacional, cuando se ataca uno de los más graves problemas: la inseguridad pública derivada del narcotráfico y la delincuencia, y los daños a la salud de los consumidores. ¿Será que sí le preocupa que buena parte de los líderes de Morena y buena parte de su gabinete no podrían ya entrar a Estados Unidos por su supuesta complicidad? ¿O que desde Palenque le manden “jalar las orejas” por no defender a quienes le ayudaron a ganar la elección? Horax en Milenio.