
Sin duda, una de las actividades más peligrosas que se pueden hacer hoy en el mundo, es la de vivir en Culiacán. Con casi tres meses de batallas diarias, ni la presencia cotidiana de Omar García Harfuch ha podido acabar con el toque de queda de facto que tienen los grupos del narco en esa ciudad. Nuestros respetos y aprecio por tales valientes. Y ojalá el gobierno deje de estar viendo de lejos, sin querer hacer enojar a los narcos. Alarcón en El Heraldo.