
Por fin se procedió penalmente contra Marilyn Cote, abogada tlaxcalteca que se decía psiquiatra en Puebla y que recetaba medicamentos sin tener cédula profesional para ello. Además, abusaba emocional y hasta sexualmente de algunos de sus pacientes, haciéndoles creer que eran codependientes de ella. Tras denuncias en redes, se investigó que era falso buena parte de lo que decía, incluyendo que había hecho estudios en el FBI, que había ganado premios internacionales de la Universidad de Oslo o de la revista Fortune, o que era accionista de una de las principales cadenas de hospitales de EE. UU. Incluso, que su libro de criminología era falso: no se había publicado, aunque hubiera hecho una presentación el gobierno de Puebla. O que su supuesto marido ni siquiera era tal: había sido su psiquiatra. Alarcón en El Heraldo nos recuerda que, pese a tales antecedentes, podría llegar a ministra de la Suprema Corte: es abogada y puede lograr 5 cartas de recomendación. Ya con eso cumple los requisitos de la tristemente célebre convocatoria. Y es famosa, hecho que le ganará adeptos en la 4T.