El Congreso de la Ciudad de México aprobó la licencia de conducir permanente: con ella, los habitantes de la capital ni tendrán que renovarla cada dos años, ni tendrán siquiera que demostrar que saben manejar. Porque si el gobierno recauda más, y recibe datos actualizados de los ciudadanos, ,¿para qué necesita comprobar que el documento que expide tiene sustento? No se utiliza más que para evitar sanciones más graves en caso de accidentes o infracciones de tránsito, así que… da igual. En el Congreso Federal ya aprobaron la patente de corso… Perdón, la reforma de “supremacía constitucional”, que prohíbe que la Suprema Corte revise las acciones legislativas del Poder Legislativo. Esto es porque muchas de las reformas del gobierno anterior —-y algunas de éste— se desestimaron en el tribunal supremo porque no se hicieron adecuadamente. Ahora sí que no importa que legislen “con las patas”, no se harán cambios o revisiones a sus bodrios. Quedarán blindados como verdaderos corsos. Y luego se preguntan por qué salen tan mal evaluados por la ciudadanía: por inútiles y gandallas. Perujo en El Economista.