Que Rutilio Escandón dejará muy pronto de ser gobernador de Chiapas. Y deja un terrible legado tras de sí: peleas entre carteles —lo que no se había observado en ese estado—, decenas de miles desplazados por la violencia, más de 500 muertos hasta julio —y con varios asesinatos más todos los días— y, el más reciente, la muerte de un sacerdote… por denunciar la violencia imparable en el estado. La buena noticia es que ya se va; la mala noticia es que no se ha ido. Así se vive en el Chiapas de Morena. Peor que en el Chiapas del Partido Verde. Rocha en La Jornada.