Se armó un escándalo porque en Culiacán, capital de Sinaloa, que lleva 45 días de peleas entre bandas rivales del narcotráfico, voló un helicóptero de la Guardia Nacional con una enorme bandera blanca. Se asumió una rendición ante el narco. Pero no, simplemente estaban participando en un juego inaugural de la Liga de Béisbol del Pacífico. Preocupa que, en medio de una crisis de seguridad gravísima, se utilizan los elementos militares para un espectáculo público. Al menos se aclara la confusión de qué si era una rendición ante la delincuencia. Y lo que sí, bien harían en fomentar que sea la misma técnica de tómbola que usaron para repartir candidaturas en morena y ahora para candidatos a jueces en la nueva reforma judicial: que con eso asignan áreas entre los narcos y dejen de pelearse. Chavo del Toro en El Economista.