Tristemente, la nueva administración de la presidenta Claudia Sheinbaum está copiando y repitiendo los errores de la administración pasada en política internacional. Se aleja y se pelea con nuestros socios comerciales; Canadá, Estados Unidos y España. Al tiempo que coquetea con dictadores y parias globales como Putin, Ortega, Maduro o Díaz Canel. Toma partido por Palestina, pero sin condenar el terrorismo de Hamás. Ignora a nuestros vecinos contiguos y rechaza a los socios comerciales transpacíficos. Además, insiste en hacer rápido la reforma judicial que puede dañar el Estado de derecho de una manera permanente e irreversible. Continúa defendiendo presidentes corridos, enjuiciados o en riesgo en sus respectivos países, pero eso sí, que sean de tendencia izquierdista. A los de derecha, ni el saludo. Tenemos que ver si queremos seguir apoyando la ideología pro izquierda, aunque sea amoral, que se ensañó nuestro país el sexenio pasado o vamos a darle vuelta la página. Nuestra sospecha es que aparecer globalmente como un narcoestado, con exceso de burocracia y estatismo, o ausentes del entorno global, será la postura predominante. Y, encima, poner en riesgo la revocación del T-MEC, de la cual es el candidato presidencial republicano, Donald Trump, ya dijo que va a abrir la renegociación antes, y la candidata demócrata, Kamala Harris, lo votó en contra cuando fue legisladora. Así que vayámonos preparando que viene algo severo en lo económico y lo internacional, parafraseando lo que decía Ripley: ¡Aunque Ud. no lo quiera! Cartón de Paco Calderón. Clic sobre la imagen para agrandar.