
Se presentó el cuadro del presidente López Obrador. A diferencia de otros que posan en la silla presidencial o en una biblioteca, él sale en el balcón con la plaza del Zócalo llena de gente, para representar que «gobernó con el pueblo». Pero sugiere Perujo en El Economista que harían bien en dibujarlo con el bastón de mando, que parece que seguirá teniendo hasta 2030. Y si, si bien no se esperaban grandes cambios de una administración a otra, tal parece que la actual será calca de la anterior, pero con menos carisma: la presidenta Sheinbaum mantiene las mañaneras, ahora breves y temáticas; fue a Acapulco, pero a la base naval, no a ver a los damnificados. Pidió perdón por la masacre de 1968, al mismo tiempo que el ejército masacraba migrantes. Business as usual, dijeran los americanos.