Lo dicho: Tal parece que Nicolás Maduro se robó la elección en Venezuela. Y ¡como si no, la tenía fácil! Él nombró a la Comisión Nacional de Elecciones; al Ministerio al que reporta y a los jueces que la validan. Además, tiene un ascendente popular importante: no es la mayoría de la población, pero sí es vocal y estridente. Por eso, cuándo el resto del mundo observa que lo que hace está mal… se queja de que “quieren intervenir en su país”. Un ejemplo, la OEA, quien hará una reunión especial -a la que México no asistirá, por cierto- para discutir “el fraude electoral en Venezuela”… Pero cuándo lo avalan, como la Rusia de Putin, que fue la primera nación en reconocer su “victoria”, entonces son bienvenidos. Alarcón en El Heraldo.