Con la renuncia de Biden, Trump ya se sentía otra vez en el Salón Oval de la Casa Blanca. Pero el aval de Biden a su vicepresidenta, Kamala Harris, y el miedo de los otros posibles candidatos a perder ante Trump, hicieron que la californiana creciera rápido: alcanzó más de cien millones de dólares en donativos antes de 24 horas; ya tiene el suficiente número de delegados para ser electa candidata en la Convención; ya logró el aval público de prominentes demócratas, desde su jefe hasta Nancy Pelosi —incluyendo algunos que podrían haber sido sus rivales— y, en las primeras encuestas, ya aparece dos puntos arriba de Trump, sin perder ningún estado de los que ya tenían. Sigue la pelea en cinco estados clave, de los llamados “bisagra”, pero… está en la pelea y hasta puede ganar. Magú en La Jornada.