
Que ayer hubo un intento de golpe de Estado en el Estado Plurinacional de Bolivia. Unas unidades del ejército, a mandos de un general, tomaron el centro de La Paz, tiraron con un tanque la puerta del Palacio Quemado. En menos de media hora se encontraron el presidente boliviano Luis Arce y el general golpista. Este recibió un férreo regaño presidencial y al grito de “yo lo destituyo de inmediato” frente a cámaras de televisión y miembros del gabinete, acabaron en menos de 28 minutos con la toma de la sede de gobierno, y en menos de 4 horas con el “levantamiento”. Y si sonó a un montaje para mejorar la alicaída aprobación presidencial, pues quedó en eso: un mero show mal hecho, pero que sirve para recordarnos que eso de hablar de “golpe blando en. marcha” en la mañanera una vez al mes porque lo critica la prensa, suena peor de lo que es. Y sería un buen momento para acuartelar a nuestros militares, no para darles más tareas a los de “SEDENA, S.A.” o decir que “no es militarizar, porque es un ejército pacífico y no de guerra”. En fin, que no vaya a ser que se desate el instinto animal por acá, sea para simular un golpe o, peor aún, para hacer uno de verdad. Perujo en El Economista.