Pues así estuvo la cosa ayer domingo: filas largas bajo un calor agobiante, mucha participación, millones de vecinos colaborando en la elección y decenas de millones con el dedo pintado. Al final, tendremos mujer presidenta. Y 9 nuevos gobernadores, nuevo Congreso en ambas cámaras y un país con menos órganos autónomos y de control. Pero por eso votó la mayoría, y se acepta el resultado. Por lo pronto, ya nos renovaron el contrato en Monoaureo para estar otros seis años criticando al poder, a los poderosos —de toda posición política— y, sobre todo, a los cínicos e incongruentes, que abundan, pero se concentran más en ciertas corrientes políticas hoy triunfantes. Alarcón en El Heraldo.