Y, al final, de 34 cargos criminales que le imputaron a Donald Trump en su juicio en Nueva York, se le encontró culpable ¡de 34! Básicamente, el jurado lo encontró culpable de haber usado dinero de la campaña para fines inadecuados. Incluido el pago por el silencio a una estrella porno, con quien tuvo un brevísimo encuentro cuándo su esposa estaba recién recuperándose del parto de su hijo. Los cargos son por falsificación de documentos y malversación de fondos, y nos dejan en la curiosa situación de tener un delincuente declarado como candidato a presidente. Por supuesto que esto lleva a dos extremos: de un lado, el sitio para colectar dinero para su campaña colapsó ayer, tras el veredicto. Muchos simpatizantes creen que es una persecución política y optaron por “ayudarlo” más. Pero se estima que entre un 15% y un 20% de sus simpatizantes —la mayoría religiosos o evangélicos— no votarían por una persona con antecedentes penales. Y menos si son por fraude, perjurio, mentiras, falsificación de documentos y mal manejo de dinero. Y faltan aún los cargos por sedición, conspiración para acabar con la democracia, fraude electoral y mal manejo de documentos secretos. ¿Seguirá adelante o ya es momento de acabar con la amenaza naranja? Claro que el problema es que su rival, el candidato demócrata, sería el presidente más viejo que haya tenido EE. UU. en su historia… Y no está totalmente saludable, por lo que aunque muchos desprecien a Trump, tal vez lo prefieran a Biden. Veremos. Rictus en El Financiero.