Trascendió que, en diciembre, la ministra presidente de la Suprema Corte, Norma Piña, presionó a algunos jueces y magistrados para asistir a una cena. La idea era evitar la salida de Reyes Rodríguez de la silla principal del Tribunal Electoral. Pero, además, se supo que allí les llevó como “invitado sorpresa” al presidente del PRI “para limar asperezas”. Eso, por supuesto, les supo a celada y terminó siendo contraproducente: hubo menos apoyos para Reyes y el pleito con el PRI siguió. Y, ahora, dicen que es equivalente a lo que hacía el ministro Zaldívar condicionando sentencias por pagos o ascensos. Fue un error de Piña, no un delito como los de Zaldívar. Fisgón en La Jornada.