
Triste, tristísimo caso: La madre buscadora de Sonora, Cecilia Flores, encontró una presunta fosa clandestina en Iztapalapa —alcaldía que, hasta hace poco, gobernaba la hoy candidata a jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada—. En menos de 8 horas, el gobierno de la ciudad acordonó la zona, limpió todo el terreno, negó el paso a quien no fuera con ellos, y dijo que los pocos huesos localizados allí eran de perro. Y en la mañanera, el presidente dijo que era un montaje “de personas que nos odian y han venido acosando a mi gobierno”. O sea: 131,000 desaparecidos, de ellos casi 12,000 en la capital, ¿y la mujer que se ha dedicado a hacer la tarea que el gobierno no hace, es una acosadora? No, pues con razón van a perder la Ciudad y, probablemente, hasta la presidencia. Porque una cosa es considerarse acosados “por montajes” —que puede suceder, no se niega— y otra es que en un caso tan mediático hayan obrado rápidamente con toda la fuerza del estado, pero no lo hagan en ningún otro de los casos de desapariciones. Alarcón en El Heraldo.