Algo es cierto… el presidente López Obrador le preguntó al presidente Zedillo por qué había hecho el FOBAPROA (en que los banqueros perdieron sus negocios; lo que se salvó fue el dinero de los pequeños ahorradores); por qué hizo la reforma de pensiones (que, de no haberse hecho, hubiera quebrado al país hace 15 años); y por qué se fue a trabajar al extranjero (porque renunció a su pensión de expresidente). Le preguntaron, pues, por sus decisiones polémicas en lo económico. Pero nadie, ni AMLO ni nadie más le preguntó por qué se alejó de su partido, por qué no aplicó el dedazo; por qué no hizo fraude electoral y por qué aceptó una derrota ante la oposición. Es decir, no le preguntaron por sus aciertos políticos, esos que llevan a que muchos lo consideremos uno de los mejores presidentes de México. O por el error de dejar competir a AMLO por el Distrito Federal, si no tenía los requisitos legales para ello. Su peor error político. Magú en La Jornada.