Vaya error el de Marko Cortés al hacer público que el nuevo gobernador priísta de Coahuila, Manolo Jiménez, no le cumplió el acuerdo al PAN. Que le habían prometido posiciones en el gobierno y candidaturas a alcaldías y diputaciones locales. Eso es normal en acuerdos de coalición. Pero además en el instituto de transparencia estatal, en el poder judicial. Hasta notarías comprometieron. Y aunque eso podría ser algo en que un gobernador pueda influir, no puede asignarlas, pues corresponden o a otro poder o a concursos abiertos. La queja de Marko Cortés es que no les cumplieron. El PRI de Coahuila dice que no llegaron a la meta: Comprometieron 20% del voto y aportaron 6%. Y el partido en el poder y el gobierno dicen: “Síganse exhibiendo como corruptos”. O, en frase presidencial: “Cuándo no hay botín, hay motín”. Hasta Xóchitl dijo que no la ayuden peleando en público de esa manera. Jerge en La Jornada (en su primera aparición aquí).