Tras los hechos violentos del fin de semana que dejaron niños muertos, le preguntaron a López Obrador cuál será su estrategia para combatir la inseguridad. Y la única respuesta clara y firme que dijo es que «en seis meses veremos una reducción en el problema». No es por intrigar, pero a Calderón le tomó casi cuatro años ver un cambio de tendencia en los muertos, y Peña no lo logró. Y si bien las ideas de «atender las causas de la violencia», mediante becas, capacitación para el trabajo y opciones para la juventud suenan correctas, el problema es que esas requieren años para tener efectos reales. Sigamos, pues, atrapados en un laberinto sin salida -y acusando a los neoliberales del cochinero que causa la violencia-. Rictus en El Financiero.
