De acuerdo: un nuevo gobierno tiene derecho a definir nuevas políticas. Y si es de una posición ideológica opuesta a la del gobierno previo, con mayor razón. Lo que no se vale es que desprecie las soluciones técnicas, eficientes y eficaces en temas técnicos -como el nuevo aeropuerto o la energía limpia- sólo por darle negocios a sus amigos y quitárselos a sus enemigos. Que lo hagan, sí. Pero basados en méritos técnicos, no en la inutilidad al servicio lambiscón del poder actual. Porque una cosa es la «voluntad política» y otra la «verdad técnica». Y hacer una sin la otra no ayuda. Y allí está como ejemplo cancelar la feria de energías limpias y comprar casi 400,000 toneladas de carbón a un senador… lo que obliga a dejar de lado la reconversión energética de dos plantas de CFE que pueden contaminar menos, producir más electricidad y más barata. Pero se trata, como decía Juarez, del: «a mis amigos, justicia y gracia; a mis enemigos, la ley a secas». Click sobre la imagen para agrandar.
