A ver… Durante la campaña, López Obrador dijo que «si gano, bajaré el precio de las gasolinas». En la transición, comentó que «subirán apenas en términos reales». Pues bien, en sus tres meses al frente del ejecutivo federal, la gasolina Magna ha subido casi cuatro pesos. En contraste, durante todo el sexenio de Peña Nieto subió seis pesos. En seis años. O sea, AMLO la ha subido cuatro veces más rápido. En fin, que la realidad internacional fija el precio en parte es cierto; no todo es su responsabilidad. Que crear o mejorar las refinerías para hacer más gasolinas más baratas toma tiempo. Se le creemos. El problema es que cuando ayer le preguntaron en la conferencia mañanera sobre el aumento, no sólo no aclaró o reconoció el hecho, sino que dijo: «no importa que haya subido la magna, la premium bajó de precio». Lo que no sólo no es cierto del todo (sí bajó, pero respecto a su máximo histórico: está casi tres pesos más alta que el 1 de diciembre, aunque veinte centavos menos que hace dos semanas), sino que es la gasolina que usan los autos de lujo. Es decir, está beneficiando más a los más ricos. ¿Y el «primero los pobres», apá? En fin, que se vale no lograr todo en los primeros cien días, pero tratar de tapar el sol con un dedo no ayuda. Perujo en El Economista.
