Es cierto… el discurso presidencial cambia según la hora del día, y pasa del madrugador ganso violento y con dedo flamígero atacando a diestra y siniestra, al nocturno gansito (tipo Marinela) que pide que lo recuerden con cariñito. Y en el ínter hace de todo un poco para que el respetable público se entretenga y se divierta. Pero lo cierto es que pocas de sus acusaciones matutinas se vuelven hechos concretos, y muchos de sus «no sé, no tengo información» de la mañana acaban en desmentidos. Como la defensa de los funcionarios de CONACYT que acabaron perdiendo el puesto por sus mentiras, o los trabajadores de PEMEX vinculados a la Estafa Maestra que iban a ser despedidos pero siguen trabajando tan campantes… Así no se puede. Hay que averiguar cuál es la verdadera 4T, la que hace que las cosas sí pasen… Perujo en El Economista.
