Según algunos, es cuestión de días para que se acabe el proyecto del aeropuerto de Texcoco, dada la opoisición del gobierno entrante a contrinuar la obra -y lo que validará mediante una consulta pública-. El problema es que la ejecución de este preso le va a costar tanto al país en términos de incumplimiento de contratos y expulsión de capitales, que más nos convendría no tener esa «victoria pírrica» de cancelar este proyecto. En fin, que sigamos en la picota esperando la ejecución. Perujo en El Economista.
