Sean azules, tricolores (y hasta amarillos, verdes o morenos), los gobiernos corruptos usan el mecanismo de «empresas fantasmas» para saquear el erario. Asi lo hicieron Javier Duarte en Veracruz y Guillermo Padrés en Sonora. Empresas «nuevas» -con oficinas en vulcanizadoras o lotes valdios-, que reciben contratos por millones de pesos por obras y servicios que no realizan. Así que Garci en El Financiero sugiere que el SAT, además de su unidad de Inteligencia Financiera, ponga una de Fiscalización Paranormal o algo similar…
