En el lenguaje de la «fiesta de los toros», se dice «descabello» cuándo, tras ser atacado con las banderillas y el estoque varias veces, el toro no se muere ni se vence. Entonces, uno de los mozos llega y le clava un puñal en la nuca «matando» al toro inmediatamente -o, al menos, rompiéndole la médula espinal para que no pueda seguir de pie. Pues a PEMEX le están haciendo la misma faena: lleva casi 6,500 despedidos en el año, y con el recorte que le aplicaron tiene que despedir a 9,000 más. Ya no la matarán lentamente, sino que le harán un cruel «descabello» a raíz de los ajustes presupuestales. Y no es el único que padecerá un presupuesto austero y la meta de tener superávit. Perujo en El Economista.
