Pues es un mal augurio que las más viejas formas del viejo PRI reaparecieron a tiempo para el nombramiento de su nuevo líder, Enrique Ochoa Reza. Del «nadie lo conoce» al «todos saben que es el mejor hombre»; del respaldo del Presidente al de la CTM, CNC y CNOP en cosa de dos días; que se le negara la inscripción a otro candidato porque «no tenía documentos»; que el nuevo presidente prometiera que iría contra los «gobernadores corruptos, incluso que eran de su partido», pero… En fin. Recordar es volver a vivir. Veremos si Pedro Infante vive o si «México ya cambió». Resendiz en Milenio.
