Pues si: al final, se aprobó el Sistema Nacional Anticorrupción en el Senado, lo que excluyó la obligación de presentar y hacer públicas las declaraciones fiscal, patrimonial y de conflicto de intereses. Esta versión «light» aprobada con ausencias de senadores del PAN, PRD y PT -que de haber estado presentes hubieran inclinado la votación en otro sentido- pasa no por el hecho de que sean corruptos, sino como dijo anónimamente uno de ellos «es que si mi señora se entera de que tengo otra familia y vive en una de mis otras propiedades, me mata». Felicidades a Emilio Gamboa que logró jugar «en la rayita» y fingir que hacen, sin hacer nada. Y los 630,000 ciudadanos que firmaron en pro de la iniciativa se pueden ir a… tomar un cafecito descafeinado. Jabaz en Milenio.
