Típicamente, en la teoría de Política Pública se habla de tres conjuntos de herramientas para modificar una conducta social: El sermón (explicar los motivos por los que es bueno hacer algo o dejar de hacer una cosa mala), la zanahoria (dar un incentivo monetario o en especie por hacer algo bueno o dejar de hacer algo malo) y el garrote (imponer un castigo monetario o en especie por hacer algo malo o por dejar de hacer algo bueno). Así, todo incentivo llama a dar sermón, zanahoria o garrote. Pero al parecer el Secretario de Educación Pública no tomó esa clase… o no acabó de entenderle. Al menos eso es lo que parece cuándo vemos su manejo de la crisis con la CNTE: O aceptan la reforma educativa -incluyendo las evaluaciones y los despidos- o no hay diálogo. Sospechamos que el problema sólo se va a agravar si siguen así. Pero bueno, aplicarán «mano firme» y no «mano dura», dijo el Secretario de Gobernación. Rocha en La Jornada.