Un mundo raro

Un mundo raro - Calderón

Un mundo raro – Calderón

Y si: en «un mundo raro» que encontró Paco Calderón en línea, «pulularan»- diría el Pirrurris– ambas especies, los «chairos» y «derechairos«, particularmente en Twitter. Aunque el primer término tiene su historia: los «Chairos» eran los estudiantes de la Prepa 6 de la UNAM en Coyoacán a finales de los años 90, que eran muy de izquierdas, radicales y extremos, simpatizantes del EZLN y Cuauhtémoc Cárdenas pero también habían ido a Europa; «eran chicos que provenían de un contexto social más privilegiado, egresados de colegios como el Madrid, hijos de intelectuales universitarios» y «eran leídos, viajados, estudiados» nos dice @PavelRockstar en su interesante historia sobre «la Chaira cero», una tal Samarkanda, publicado en la Revista Chilango con el título Nosotros los Chairos. Y si, muchos de los activistas en redes que defienden cuánta causa pueden en sus iPhones, en sus Mac, en fin, en un nivel de vida más arriba de las personas que supuestamente abanderan, por lo que les queda la descripción. Incluye, por ejemplo, los que se quejan de la violación de derechos humanos del gobierno mexicano en casos como #Faltan43, pero defienden a Venezuela y Cuba en casos similares. Un caso paradigmático es Epigmenio Ibarra. El dueño de Argos Comunicación vive de atacar al gobierno, pero tuvo tratos con el gobierno -cobraba un millón de pesos mensuales por una página desarrollada para la SEP, por ejemplo-, se queja de Televisa pero será productor en esa empresa y todas las noches organiza un «pase de lista de los 43», que está programado para hacerse en automático, aunque él esté cenando a todo lujo o de viaje de placer. Y el público cree que está comprometido con los temas que defiende, y que pierde dinero al hacerlo. Pero es un gran Chairo. La palabra, pues, principalmente denota incongruencia.

Por extensión, a los Derechairos les pusieron así los Chairos para señalar que también son incongruentes, pero de derecha. Por ejemplo, son los que apoyan los bombardeos contra DAESHA -antes ISIS-, la tortura y la pena de muerte, la deportación de indocumentados aunque se rompan familias, que los pobres son pobres por flojos… pero se oponen al aborto alegando que son «pro vida» y que matar es un grave pecado; se callan los casos de Pederastia entre curas y de corrupción y moches entre gobiernos de derechas. Esos son. También incongruentes y, por ello, motivos de burlas.

En la Taxonomia, los «Panazis prietos» son, los simpatizantes del PAN que defienden los gobiernos de Fox y Calderón sin reconocerles errores (muchos asociados en las «sectas» #GraciasFCH y #YoConMargarita). El término se acuñó  Los Peñabots son bots -cuentas falsas, principalmente automatizadas- que se supone se usaron la campaña presidencial anterior para apoyar a Enrique Peña Nieto (@EPN) y hoy para poner al PRI y a gobiernos emanados de él en tendencias (TrendTopics) positivos, incluso defendiendo lo indefendible, como a Javier Duarte o Humberto Moreira. El término surge con las cuentas que trataron de detener el movimiento #YoSoy132, que terminó implosionando -no le ganaron; perdió solo al pasar de ser un movimiento del siglo XXI a regresar a una estructura del siglo XIX. Por último, los Pejezombies son simpatizantes de López Obrador (@lopezobrador_), que repiten todas las consignas y discursos de éste acríticamente y se sulfurizan cuándo les señalas incongruencias -como los lujos que ocasionalmente ostentan sus hijos-, los eventos que tiene en plazas públicas con poca asistencia o los perdones que otorga a ex priístas por el sólo hecho de cambiar de bando y apoyarlo. Son Zombies en el sentido de que «carecen de cerebro».

La verdad es que todas las facciones tienen aciertos y errores. No podemos decir que unos son impolutos y los otros irredentos. Hay que saber reconocer lo que está bien aún en los enemigos  y lo que está mal aún entre los nuestros. Voltaire es famoso por su célebre frase «No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo». Por su parte, Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler solía decir «una mentira repetida mil veces se acepta como verdad». Entre ambos estilos, a todos nos gustaría ser como Voltaire pero somos más como Goebbels. Lo único que nos deja tranquilos es que, estamos seguros, el cartón de hoy de Paco Calderón y nuestra explicación hará reír y enojar a todos: a reír por la burla a «los otros», enojar por la burla «a nosotros» y, esperamos, hará que todos lo recomienden, lo voten y lo comenten… Y, por supuesto, que nos sigan en Twitter, en dónde nos reímos de todos, de cualquier parte: @monoaureo.