Algo es cierto: tener dinero fuera del país o crear empresas off-shore por si mismo no es delito. Usarlas para blanquear dinero y evadir impuestos si lo es. La verdad es que para ser el «escándalo mundial de corrupción más grande del mundo» hay pocos mexicanos señalados: el dueño de TV Azteca, el director de finanzas de Televisa, el dueño de Grupo Higa e identificado en el reportaje como «el contratista favorito del Presidente de México» y el hijo de Miguel Ángel Yunes, alcalde de Boca del Río e hijo del candidato panista a gobernador de Veracruz. ¿Por qué tan pocos? Pues porque México ofrece a ricos y famosos todas las posibilidades para hacer de éste su propio «paraíso fiscal», sin muchos problemas. ¿Para qué irse tan lejos? En vez de investigar la evasión fiscal y el lavado de dinero, buscarán cuáles de los implicados no han «aportado para la causa» y, entonces si, dejarles caer todo el peso de la ley… Monsi en Milenio.
