Tal y cómo se esperaba, fuertes y directos han sido los mensajes de Su Santidad hacia lso mexicanos: que la acumulación de riqueza es mala; que nos dejamos capturar por la riqueza, el orgullo u la vanidad; que los obispos deben resolver sus conflictos «de frente y como hombres» y no a través de grillas y ocultos; y que «el beneficio de unos pocos en detrimento de las mayorías es terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la violencia y la muerte»… Lo que dijo ante la clase política reunida en Palacio Nacional. Y como señala Hernández en La Jornada, tal parece que están dispuestos a continuar la siembra.
