Pues si: comentábamos ayer que el gobernador interino de Guerrero, Salvador Rogelio Ortega Martínez, ya quiere renunciar al cargo… Tiene profundo dolor por las desapariciones. No de los estudiantes de Ayotzinapa, sino de los 1,000 millones de pesos de déficit que el gobierno federal ya le dijo que no le dará y que le haga como quiera. Así ya no puede sobrevivir su gobierno… Y para padecer acreedores y burócratas molestos, mejor ya se va de regreso a la Academia. A ver si allí si le pagan. Por lo pronto, el gobernador electo Héctor Astudillo -retratado aquí por Alarcón en El Financiero- ya está empezando a lamentar también esos «desaparecidos». Y eso que todavía no empieza su mandato…

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